
Todos podrán foto retratarse, pero el poder de una buena fotografía radica en su capacidad para despertar emociones a través de las barreras del idioma y la cultura. Una buena fotografía celebra la capacidad única de sensibilidad en ella, una imagen magistral puede revolucionar nuestro mundo, hacerlo visible en sus muchas facetas, hasta el punto de que desde ese momento nunca lo volvamos a ver igual. Hay fotografías cuidadosamente curadas, que también ofrecen una visión general inspiradora del medio mientras rinde homenaje a los maestros del arte que será un buen fotógrafo, que captará el momento, el espacio o al protagonista.
Hay fotógrafos sobre el terreno que suelen pasarse días, incluso semanas, sentado junto a los protagonistas de sus imágenes, solo limitándose a escuchar qué tienen que decir, o descubrir qué tenían que enseñar al mundo, antes de colocarse la cámara al ojo y tomar esa foto que puede cambiar la vida del fotógrafo, fotografiado o del lugar. Hay fotógrafos que han pasado años literalmente inmersos en los mundos remotos, haciendo de su vida una fotografía que trasciende las fronteras y el tiempo. El fruto del amor y compromiso por esta profesión se aprecia en sus fotografías. Lo que no se vemos es el sentido de la responsabilidad para con aquellas personas que se atreven a confiar en un desconocido y abrirle las puertas de su universo íntimo solo por ser fotografiados. Dar la espalda a la manipulación gráfica y concebir una fotografía a una empresa de colaboración, cada una a un lado de la lente, es un método infinitamente más lento y arriesgado.
Una fotografía habla más que 1000 palabras; cada imagen es una cápsula del tiempo que nos ofrece un vistazo a días pasados. Sin embargo, cada fotografía también habla de tranquilidad, de la paz y de la esperanza para un futuro mejor. Si bien es muy poco probable que una imagen o foto increíble tenga todas estas características que se necesitan, hay que tener en cuenta una buena composición que logre quedar para la historia.
Los fotógrafos profesionales suelen tener ciertas características para alcanzar grandes fotos.
Los buenos fotógrafos siempre buscarán una composición convincente en su imagen, la mayoría trabajan las guías básicas de fotografía incluyendo conceptos de composición comunes como la regla de los tercios y las reglas de simetría y composiciones convincentes. En algunas fotografías más épicas sus autores han manejado técnicas menos comunes, han involucrado espacio negativo, líneas principales, profundidad de campo y encuadre. Mencionó esta regla primero porque no importa qué estilo, técnica o regla en particular sigas, siempre y cuando cada imagen esté cuidadosamente compuesta. Habrá ocasiones en las que la composición pase a un segundo plano con el fin de simplemente capturar la toma, pero de lo contrario se debe considerar siempre que sea posible.
En la exhibición de emociones que puede crear una buena foto, bien sea con los seres humanos, o animales nos atraen las emociones, en vista que las emociones nos unen a todos y cada uno de nosotros. Contar historias hace una buena foto y el mundo ha sido testigo de algunas de las mejores imágenes simplemente contadas gracias al lente de una cámara. Hay grandes fotos que poseen una gran composición y presentan características únicas, se centran en la narración de historias. Algunas de las mejores fotos narradas se encuentran en las noticias y otras fuentes de fotoperiodismo. Y recuerden que la mejor narración de una historia en su mayoría es gracias a las imágenes que por sí solas contaran una historia que valdrán la pena, las imágenes captadas por el lente de una cámara dejan algo a la imaginación del espectador y hacen que el mundo sea su mayor testigo.