El concierto de Shakira en Chile no fue solo una fiesta para los sentidos, sino una declaración de principios. La artista colombiana llegó al país con su gira “Las Mujeres Ya No Lloran”, un espectáculo que fusiona música, narrativa visual y un mensaje profundamente personal sobre el amor propio, la resiliencia y la fuerza femenina. En esta primera fecha en Santiago, quedó claro por qué Shakira sigue siendo la madre de todas las lobas.
Desde el inicio, la puesta en escena anticipaba lo que vendría: un viaje emocional que va mucho más allá del repertorio musical. Shakira abrió con una secuencia poderosa que incluyó “La Fuerte”, “Girl Like Me” y “Las de la Intuición”. Entre cinemáticas animadas y recursos visuales inmersivos, el espectáculo fue trazando una línea clara entre su historia personal y su evolución artística.
Uno de los momentos más emotivos llegó con Acróstico, cuando en las pantallas aparecieron sus hijos Sasha y Milan. Mientras la artista cantaba con una ternura que desbordaba el escenario, la imagen de una madre orgullosa —una loba que cría con amor y valores genuinos— se impuso sobre todo lo demás. El público fue testigo de una Shakira vulnerable y auténtica, que sin miedo muestra sus heridas como parte de su poder.
«Me enseñaste que el amor no es una estafa, y que cuando es real no se acaba
Intenté que no me veas llorar, que no vieras mi fragilidad, pero
Las cosas no son siempre como las soñamos
A veces corremos, pero no llegamos
Nunca dudes que aquí voy a estarSe nos rompió solo un plato no toda la vajilla, y aunque no sé poner la otra mejilla
Aprender a perdonar es de sabios, que solo te salga amor de esos labios
Si las cosas se dañan no se botan, se reparan, los problemas se afrontan y se encaran
Hay que reírse de la vida
A pesar de que duelan las heridas«
Estas palabras resonaron como un mantra. El concierto de Shakira en Santiago no solo emocionó, sino que educó, dejando una huella en quienes lo vivieron.
A nivel técnico, el espectáculo fue impecable. La productora Fénix logró una producción de altísimo nivel: efectos visuales precisos, una cascada escénica que brotaba como metáfora de desborde emocional, pantallas móviles que transformaban el espacio, y tarimas emergentes que elevaban a la artista entre cambios de vestuario, ritmos latinos y coreografías electrizantes. Cada detalle estaba medido, pero el resultado se sentía orgánico, potente y fluido.
La narrativa del show nos llevó también al origen: a una Shakira joven, con pantalones negros y sueños inmensos. A través de escenas retrospectivas, el público pudo entender de dónde viene esta fortaleza. Y fue ahí donde se reveló el corazón del mensaje: una mujer que decidió no dejarse definir por el dolor, sino transformarlo en arte.
Casi al final del concierto, como acto ceremonial, Shakira presentó los 10 Mandamientos de una Loba. Cada uno era una afirmación de libertad, sororidad y autenticidad. Un decálogo que define no solo a la artista, sino a toda una generación de mujeres que, como ella, han aprendido a rugir en lugar de llorar.
- Protegerás y cuidarás a tu manada por encima de todo.
- No pedirás permiso para ser tú misma.
- Bailarás y cantarás cuando necesites curarte.
- Aullarás, porque nadie puede silenciarte.
- Una loba no ataca, se defiende.
- Una loba no compite con otras lobas. Se ayudan entre ellas.
- No reprimirás tu naturaleza salvaje.
- Elegirás tu camino sin que nadie te lo imponga.
- Las lobas no codiciarán las posesiones de sus vecinos. ¡Claramente!
- Una loba es una loba para siempre.
En medio de luces tenues, suspenso y una figura gigante de una loba iluminando el escenario, Shakira cerró su concierto en Chile con un mensaje poderoso y necesario. Más que una estrella del pop, se mostró como una guía para quienes buscan reconstruirse, amarse y no tener miedo de su propia fuerza.
Videos por nuestro corresponsal Aldo Carquín.
